lunes, 10 de julio de 2017

RELATOS Y RECUERDOS. Gobernador ANALFABETO.



¿Sabía, usted lector, que Entre Ríos tuvo un gobernador analfabeto? Se trató del coronel Pedro Espino. Pero el militar no duró mucho en el cargo. Asumió en junio de 1831, y el congreso entrerriano, a instancias de Estanislao López, lo destituyó en diciembre de ese año.

La legislatura justificó la separación del coronel Espino por no saber leer ni escribir. No era “digno ni apto para colocarse en la primera silla”, dijo. Este episodio se enmarca dentro de la anarquía en que vivía por entonces la provincia, donde entre 1825 y 1832 se sucedieron cerca de treinta gobernadores.

¿Conocía, lector, que el general Urquiza no sabía nadar y que se vio en problemas cuando debió cruzar el río Uruguay después de la batalla de Cagancha, donde las tropas entrerrianas habían sido vencidas?.

Para superar la dificultad, el general fue metido por su “compadre Góngora”, alias de Miguel Jerónimo González, en una “pelota” de cuero  (suerte de mini embarcación hecha con un cuero de vaca) atada a una cuerda que era tirada por el nadador.

Dice la historia que estando Urquiza en el medio del río, Góngora -que se permitía algunas licencias con el vencedor de Caseros- le dijo: -“Aura enojate, vos que sos tan malo…”.

Tiempo después, el gobierno provincial premió al capitán Góngora con “una medalla de oro recompensando su heroísmo al salvar la vida del general Urquiza después de Cagancha”.

Pues bien, curiosidades históricas como éstas, contadas a modo de sueltos periodísticos, en pinceladas sabrosas, le permiten a Pablo Schvartzman interesar al lector sobre la historia entrerriana.

Es una técnica motivacionista: después de sorprenderse de algún rasgo o suceso particular fuera de lo común (atrapa imaginarlo a Urquiza, esa personalidad tan arrolladora, atravesar el río como lo hacían los indios, en una pelota de cuero), a uno le dan ganas de adentrarse al personaje y a la época.

“Entre Ríos en anécdotas” puede ser considerado, así, como una propedéutica al pasado entrerriano, a su rica trama. En una época en que no abundan los lectores y menos de este tópico, una afición reservada a una minoría en los profesorados de historia.

Eso le alegra a Schvartzman, autor de la obra, el escritor autodidacto (sólo hizo la escuela primaria) con más de veinte publicaciones, que vive en Concepción del Uruguay.

No hay comentarios:

Publicar un comentario