A la orilla de un camino, tan viejo como los sueños,
se encuentra un lugar sagrado, a propios y forasteros;
allí crecen las historias sobre una historia, que el tiempo,
va perpetuando en murmullos de plegarias y de rezos.
Allí cerca de San Víctor, poco antes de Feliciano,
está el sitial venerado del “Chasqui” Lázaro Blanco.
Alzan paredes las placas que fulgen como relámpagos,
y resplandecen las velas en mas de cien candelabros.
Allá atrás, el viejo tronco, que feneció con el rayo,
se conserva como signo, pese al paso de los años.
El Monolito, la Cruz, y el Museo de Don Lázaro,
si prefiere: ¡Lazarito! El “Chasqui” de los Milagros..!
Novia,
Madre, Estanciero, Deportista, Agropecuario;
gente rica y de la
otra, gente de aquí... y de allá,
gente de
antes, de ahora, todos a Lázaro van...
... y un ¡Gracias!
que se repite por lo que Lázaro da..!
Partió
en noche tormentosa, regresó en limpia alborada,
trajo
en alforjas de cielo, bendición como “gauchada”,
y
en esa humilde Capilla con sus paredes que hablan
está
el milagro latente de un “Chasqui” para tu Alma..!
NÉSTOR RAMÓN IRIBERRY
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